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01.Feb.2024

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VISITA AL MUSEO

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Descubrir tu lugar en el mundo, vivir con vocación

El pasado martes 22 de enero, en el Colegio de Nuestra Señora del Recuerdo, tuvo lugar la conferencia de José María Rodríguez Olaizola ‘Descubrir tu lugar en el mundo. Vivir con vocación’. Organizado por el APA, el Aula Magna del colegio se llenó de familias y educadores que disfrutaron y aprendieron con este tema tan actual.

Arrancó Olaizola con una frase muy potente: “Cada una de nuestras vidas importa. Todos tenemos un lugar en el mundo”. Ese inicio generó un silencio reflexivo en una sala con gente de todas las edades deseosas de ahondar en la vocación. José María profundizó en las muchas dimensiones de la vida que son vocacionales y son ‘llamadas’.

“Uno puede vivir por inercia y puro deseo respondiendo a impulsos, saltando de lógica en lógica y de proyecto en proyecto. No es lo ideal, pero hoy se da bastante” explicaba Olaizola. Sin embargo, añadió “hay algo muy valioso en oponer a la inercia voluntad y a la inestabilidad un horizonte por el que uno apuesta”.

La vocación como aterrizaje de los grandes deseos

Habló también de la vocación como aterrizaje de los grandes deseos: el que nos define, el que se educa, los grandes deseos en la etapa de la juventud… Con esta reflexión quiso invitar a los padres a no alargar etapas para no infantilizar a los hijos “se tiene que poder hablar con ellos de la vida en modo maduro, no hay apartarles del realismo y los problemas cotidianos” apostilló Rodríguez Olaizola.

Por otro lado, también aterrizó los grandes deseos en cuatro pilares: jerarquía, concreción, compromiso y renuncia. Motivó a los asistentes a ir encontrando aquello que nos define a cada uno “esto es ir afinando la vocación en cada etapa de nuestra vida, es un recorrido, una historia y no un momento, y lo es siempre acompañado por otros y para otros” explicó.
Desde la espiritualidad ignaciana enlazó vocación con elección y libertad. Interpeló el jesuita a la sala con la pregunta: “¿Qué es lo bueno?” Relaciones profundas, sentido, radicalidad, servicio al bien común. Quizás tan a contracorriente de nuestro mundo, pero tan necesario” reflexionó.

Y en un entorno de comunidad educativa apuntó la apertura al mundo, el conocimiento personal, la pregunta por el lugar de cada uno en el mundo y la lucidez para tomar decisiones en el momento oportuno como modos de educar en vocación.

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